Los beneficios de las aguas termales
Artículo revisado por el Comité
Tratamos las diferentes tipologías de las aguas termales y sus beneficios para el cuerpo humano

Desde tiempos inmemoriales son conocidos los beneficios de las aguas termales tanto a nivel medicinal como relajante. La medicina térmica es eficaz contra algunas dolencias tales como el reuma, enfermedades digestivas, problemas dermatológicos, entre otras, y muchas veces la simple inmersión en estas aguas es suficiente para subsanar nuestros problemas.
Características de las aguas termales
Si habéis decidido pasar unos días relajantes en una spa o termas, mejor conocer todos los beneficios de las aguas termales. Las aguas termales son aguas minerales que salen del suelo con más de 5 °C que la temperatura superficial. Tienen su orígen en el medio natural pero existen varios tipos de procedencia; la geológica, la magmática y la telúrica. Como sus nombres indican; la geológica procede de aguas subterráneas, la magmática de filones metálicos o eruptivos y la telúrica de la superficie de la tierra. Por sus diferentes orígenes, las características de estas aguas termales son diferentes; las magmáticas tienen temperaturas más elevadas -entorno a los 50º- las telúricas poseen menos mineralización y las geológicas que son las que suelen ser las que poseen más propiedades curativas. Tanto es así, que dentro de éstas últimas podemos hacer otra división:
- Superficiales: mares y lagos.
- Infiltración: Red hidrológica subterránea, cuyo origen es el ciclo hidrológico. En este tipo de aguas subterráneas es donde encontramos la mayoría de las aguas termales.
Efectos beneficiosos
Las aguas termales tienen diferentes efectos sobre nuestro cuerpo. Además de producir un efecto relajante, sus múltiples cualidades ayudan a muchos procesos de nuestro organismo, tanto es así que incluso podemos personalizar tratamientos acorde a nuestras dolencias. Los principales beneficios que nos pueden aportar las aguas termales son:
- Limpieza del cuerpo. No solo en el sentido llano de la palabra, sino mucho más allá, eliminando virus, pieles muertas y otros gérmenes que puedan ocupar nuestro cuerpo. Las altas temperaturas de las aguas termales eliminan cualquier tipo de organismo vivo perjudicial. En ello también incluimos toxinas que son liquidadas gracias a la presión hidrostática del cuerpo durante la inmersión en este tipo de aguas.
- Aumenta la oxigenación. El baño en aguas termales hace que mejore la alimentación de los tejidos del cuerpo. Se mejora así el metabolismo necesario para algunos procesos como, por ejemplo, el digestivo.
- Relajación. Todos conocemos el efecto relajante que tienen las aguas termales sobre nuestro cuerpo y mente. Los minerales contenidos en el agua termal tales como el dióxido de carbono, azufre, calcio y magnesio producen que se normalicen las glándulas endocrinas, así como el funcionamiento nervioso del cuerpo. Se generan endorfinas que ayudan al relajamiento del cuerpo y estimulan el sistema inmunológico consiguiendo un equilibrio que relaja nuestras funciones.
- Enfermedades. El listado de dolencias que mejoran gracias a este tipo de tratamientos es muy larga. Desde enfermedades de la piel, pasando por problemas respiratorios, de articulaciones, reuma o la cicatrización de heridas. Los baños en este tipo de aguas también pueden mejorar la recuperación de la funcionalidad en casos de neuroparálisis central y periférica, problemas de circulación, enfermedades ginecológicas crónicas, entre otras.
Pese a todos los beneficios de este tipo de aguas, existen una serie de casos en los que es mejor consultar a un médico dado el carácter estimulante de estas aguas. Hay que consultar con profesionales si se padece;
• Úlceras gástricas
• Cardiopatías descompensadas
• Hipertensión severa
• Procesos asmáticos graves
• Tuberculosis
• Distintos tipos de tumores y cáncer