Para demostrar que el dorado y el plateado no son colores exclusivos de las joyas o las prendas de ropa, ya hay algunas firmas especializadas que ofrecen la posibilidad de revestir el interior de la piscina con estos tonos –bien empleando pinturas especiales o con mosaicos con los que, incluso, se pueden realizar diferentes diseños-.
Un buen ejemplo del efecto que se consigue es la piscina del hotel de lujo St.Regis Lhasa, del Tíbet, que está creada con azulejos chapados en oro auténtico.
Aunque, si resulta demasiado llamativo para el interior de la piscina, son dos colores que también pueden emplearse en el exterior de la misma –por ejemplo, en alguna pieza de mobiliario- y combinarla con otros colores cálidos para crear un entorno que inspire lujo y bienestar.
Si lo que se busca es conseguir un entorno más tradicional, sin demasiadas extravagancias, la piedra y la madera son los materiales más frecuentemente empleados y, a la vez, los que favorecen una mejor combinación de los colores clásicos.
Igualmente, si se apuesta por el uso de estos acabados, existe una amplia gama de tonos en el mercado. Por ejemplo, en el caso de las maderas van desde los veteados más claros hasta los marrones chocolate más oscuros, que casi se confunden con el negro, y, en el caso de la piedra, puede apostarse, incluso, por tonos cobre o rojizos para conseguir el efecto que realmente se esté buscando.
