Esta es, de hecho, una de sus mayores ventajas con respecto a otros robots similares ya que, aún cuando se ilumina su detector de batería baja, que normalmente ocurre por la noche, ésta se recarga una vez que empieza a recibir la primera luz del sol de la mañana y empieza nuevamente a funcionar.
Este robot se centra en la limpieza de la superficie del agua de forma completamente automática –no es necesario ningún tipo de manejo manual-. Es decir, detecta y recoge toda la suciedad antes de que esta se deposite en el fondo –insectos, hojas de plantas, restos de aceites o cremas solares, polen, etc.- y lo acumula en un depósito que, posteriormente, sólo deberá vaciarse de forma convencional.
Su funcionamiento es, por tanto, muy similar al de cualquier skimmer automático, lo que permite que se reduzca hasta en un 90% la suciedad de cualquier piscina. Además, al impedir que estos restos se acumulen en el fondo evita tener que emplear otros dispositivos de limpieza que suelen requerir un mayor gasto de tiempo y energía.
Por otra parte, Solar Breeze también alberga un dispensador de pastillas para tratar químicamente el agua de la piscina. La ventaja que ofrece con respecto a otros dispositivos similares es que realiza esta tarea de forma simultánea a la limpieza, por lo que el cloro se dispersa uniformemente por toda la superficie y mejora su eficacia.
Así, todas sus prestaciones han favorecido que, actualmente, sea uno de los robots mejor valorados en países como EEUU o Australia –donde su precio varía entre los 500 y 550 dólares- y que cada vez haya más empresas interesadas en comercializarlo dentro del continente europeo –aunque, igualmente, cabe la posibilidad de adquirirlo a través de internet-.