El desarrollo de las nuevas tecnologías tiene como objetivo principal facilitar el desarrollo de todo tipo de tareas tanto en el ámbito personal como en el profesional. Y, aunque la fotogrametría es una técnica de la que se tiene conocimiento desde el siglo XVII –entonces se empleaba con fines cartográficos-, resulta especialmente interesante que aún hoy se descubran nuevas aplicaciones como, por ejemplo, la posibilidad de calcular mejor las medidas en el sector de las piscinas.
La esencia de la fotogrametría es que permite superponer fotografías tomadas desde todos los puntos de vista posibles para obtener visiones tridimensionales de los objetos sobre los que trabaja, por lo que facilita notablemente la realización de medidas mucho más rigurosas y fiables.
Así, es una técnica que puede resultar especialmente efectiva en el ámbito del diseño de cubiertas y revestimientos de piscinas porque evita todo tipo de errores de cálculo, contribuye a ahorrar tiempo y resulta especialmente efectiva y precisa cuando se trabaja con piletas complejas –que presentan varios niveles, cascadas, formas irregulares, etc.-.
Para realizar la medición de las dimensiones de una piscina suelen requerirse al menos dos operarios que se encargan, en primer lugar, de delimitar su perímetro empleando cintas especiales o yeso y estacas.
Para la profundidad y el resto de medidas que deben tenerse en cuenta también se requiere un trabajo manual que, aunque preciso, requiere más tiempo y hay más posibilidades de cometer algún tipo de error porque no es viable señalar todos los puntos que pueden conseguirse con imágenes.
De hecho, con la fotogrametría sólo es necesario disponer de una cámara de gama media-alta que ofrezca una cierta garantía. Si bien es cierto que las fotografías pueden tomarse con cualquier tipo de dispositivo, es recomendable que el enfoque se realice siempre en un punto infinito y que éste presente la mayor calidad posible para que no haya problemas a la hora de superponer todas las imágenes que sea necesario.
Igualmente, puede utilizarse algún tipo de software específico que facilite aún más el trabajo y que, hoy por hoy, no supone una inversión excesiva teniendo en cuenta los beneficios que se pueden obtener de él y la rapidez y eficacia con la que permite llevar a cabo la medición.