En los últimos años hemos asistido a un boom de piscinas de fibra en los hogares españoles, hasta tal punto que la demanda de este tipo de piscinas se ha incrementado de manera destacada en comparación con las piscinas de obra, por ejemplo.
A diferencia de otras instalaciones, las piscinas de fibra son estructuras prefabricadas que se instalan en un hueco previamente excavado en el suelo por la empresa constructora. Se trata de piscinas fabricadas con resina de poliéster. Para que estas instalaciones sean impermeables, sólidas y resistan el paso del tiempo, el casco se cubre con fibra de vidrio, lo que le confiere ese aspecto tan singular.
Varias son las razones por las que los usuarios se deciden por este tipo de piscinas para sus jardines o terrazas, a saber:
Son más económicas que las piscinas de obra
Comprar una piscina prefabricada es, por lógica, más barato que construir una de obra. Además de que los precios de las piscinas son muy interesantes, al proyecto de instalación únicamente tendremos que sumar la excavación del espacio que contendrá nuestra piscina, a diferencia de otros proyectos, al que habrá que sumar el importe de los materiales y del propio diseño de la construcción.
Su instalación es relativamente rápida y sencilla
La construcción de una piscina de obra suele llevarse a cabo en un plazo superior a cinco o seis semanas, y ello si no surgen problemas. En cambio, la colocación de una piscina de fibra es algo más rápida, pues una vez excavado el hueco en el terreno del jardín, se inserta la piscina ya fabricada, lo cual agiliza y facilita todo el proceso de instalación, y ello repercute en la satisfacción del cliente.
Son más resistentes y duraderas
La fibra de vidrio que recubre la estructura de poliéster de la piscina le aporta durabilidad y resistencia, no solo al paso de los años, sino también al propio uso que hagamos de la piscina. Esto quiere decir que en este tipo de estructuras suelen aparecer menos grietas y fisuras, lo que a la larga se traduce en que presentan menos problemas de filtraciones.
Además, se adaptan a casi todo tipo de terrenos.
Son más fáciles y económicas de mantener
Una vez que hemos construido nuestra piscina, tenemos que realizar una serie de labores de mantenimiento de manera frecuente, que van desde el tratamiento químico del agua hasta el pegado de las teselas que se han desprendido, la pintura de las paredes, el lechado de la cubeta, la reparación de grietas… En el caso de las piscinas de fibra, el mantenimiento se reduce, prácticamente, a las tareas propias que permiten mantener el agua en las condiciones higiénicas adecuadas.
Todas estas ventajas han inclinado la balanza a favor de las piscinas de fibra. De ahí que muchos usuarios que quieren disfrutar de piscina en casa opten por este tipo de instalaciones.
¿Quieres saber más? Contacta con una empresa especializada en la construcción de piscinas y pídele información sobre el proyecto para tu hogar.