La industria de las piscinas se haya en constante evolución, buscando soluciones a los retos que van planteando las distintas particularidades de cada cliente. Hoy en día, contar con un espacio reducido ya no es impedimento para disfrutar de una piscina.
El mercado inmobiliario y la realidad económica y social hacen que el tamaño de las viviendas se vaya reduciendo tanto en interiores como en su exterior, pero sus propietarios no quieren renunciar a ninguna prestación que mejore su calidad de vida. Por eso, hay una gran demanda de propuestas para jardines y terrenos de dimensiones escasas en donde se encuentre un lugar para instalar una pequeña piscina.
En principio, las piscinas para espacios reducidos más frecuentes son las de tipo desmontable, de lona o hinchables. Sus ventajas son evidentes: baratas, de fácil montaje, se adaptan a cualquier terreno con superficie lisa y sin inclinación, seguras si hay pequeños por su altura, con una temperatura muy agradable porque al tener menos cantidad de agua se calienta antes y de escaso mantenimiento. Sin embargo, hay que tener mucho cuidado, con no llenarlas en exceso y vigilar que el número de personas que la usen a la vez no exceda el recomendado por el fabricante.
Actualmente, podemos encontrar diseños de piscinas de obra desde 5m por 3m, fabricadas en los más variados materiales. Los más comunes son PVC o poliéster, por su excelente relación calidad-precio y su extensa gama de modelos. También se hacen de acero y hormigón, pero no compensa porque salen demasiado caras. Cada vez se demandan más las de madera, uno de los materiales que más éxito tiene en la decoración de exteriores.
Una de las grandes ventajas de instalar una piscina de tamaño reducido es lo fácil que resulta su mantenimiento y limpieza. Necesitan mucha menos cantidad de producto y suelen tener sus propios sistemas de filtración por cartuchos.
Foto: Akuatecnica