El parto en el agua tiene su origen ya con los antiguos egipcios, e incluso en la época de griegos y precolombinos. Se hacía en playas con mareas tranquilas y cuevas poco profundas. Una tradición milenaria que tiene muchísimas ventajas, tanto para la madre como para el bebé que está a punto de llegar al mundo.
Dar a luz es el momento más maravilloso de tu vida porque traes a tu hijo al mundo, pero a la vez es también el más doloroso. Parir puede ser terrible incluso estando con sobredosis de epidural, y eso es una realidad que el 90% de las madres podemos asegurar. Lo bonito es que tu hijo nazca, pero el parto desde luego que no lo es, al menos la mayoría de las experiencias.
Eso sí, con el parto en el agua la experiencia cambia, y mucho además. Es una excelente decisión ya que hace que la madre se sienta mucho más ligera y ágil, lo que le permite sentir mejor al bebé en un momento tan importante. Eso hace que el parto sea más sencillo, así que si tienes la oportunidad de dar a luz en el agua, es 100% recomendable.
La moda del agua
Tal y como mencionamos al principio, hace cientos de años que se comenzó a dar a luz en el agua, y en los últimos años se ha puesto muy de moda en todo el mundo gracias a sus múltiples ventajas. Puedes hacerlo en casa, siempre bajo supervisión médica profesional, o bien elegir una clínica que ofrezca esta posibilidad, que cada vez son más las que lo hacen.
Mejor transición para el bebé
El agua hace que el paso del útero al exterior sea mucho más tranquilo y apacible para el bebé, que se sigue sintiendo en agua y no nota el cambio tanto como en un parto natural. Eso sí, es imprescindible que seas atendida por profesionales que saben lo que hacen, ya que de lo contrario puedes poner en grave peligro la vida de tu bebé, especialmente si surge alguna complicación.
¿Parto en el agua en casa?
Si te has decidido a preparar el parto en el agua en tu casa, es muy importante que tengas en cuenta determinados aspectos. En primer lugar, la contratación de un profesional médico que se encargue de prepararte y traer al mundo a tu hijo, ya te comentamos anteriormente que es indispensable.
Puedes comprar o alquilar una piscina que sea apta para el parto, bastará con una inflable en la que tengas espacio suficiente y puedas sentirte cómoda. Debes colocarla en una superficie sólida que aguante el peso sin problema y no tenga desniveles, además de ofrecerte facilidad y comodidad para entrar y salir. En cuanto al tamaño, es interesante que quepan al menos dos personas más que tú, así podrá estar el profesional médico y tu pareja, familiar, otro hijo…
Si te puedes permitir un parto en el agua, no cabe duda de que deberías vivir la experiencia y aprovecharte de sus ventajas, la inversión merece la pena.