A la hora de discernir entre lo pros y contras de instalar una piscina prefabricada o desmontable en nuestro hogar, debemos tener en cuenta en qué consisten ambos tipos de piscinas.
Las piscinas prefabricadas son las que se colocan enterradas en el suelo y pueden ser de poliéster, o de acero, constituidas por varias piezas metálicas. En cambio, las desmontables se colocan en la superficie del terreno, con lo que no requieren ni obras importantes, ni la necesidad de pedir permisos de obras para su instalación.
Teniendo en cuenta esta idea base, podemos deducir que las piscinas desmontables son mucho más económicas y, además, su instalación y mantenimiento es muy sencillo. Pero, con esto, no podemos decir que un tipo de piscina es mejor que otra, simplemente es importante valorar sus características para saber cuál encaja mejor en nuestras necesidades como consumidores.
Lo evidente es que, todos los usuarios, buscamos darle un uso lúdico a una piscina que se instala en el jardín de un hogar. Por lo tanto, si buscamos una instalación económica y práctica, tendremos más que suficiente con la instalación de una piscina desmontable que, además, podremos llevarnos con nosotros si cambiamos de casa.
En el caso de las piscinas prefabricadas, que se instalan enterradas en el suelo, resulta hasta un 400% más caro, ya que implican la realización de una obra para instalarlas. Su mantenimiento no acostumbra a presentar problemas, aunque no es tan fácil como en el caso de las desmontables. Es de esperar que con los años se le deba aplicar una nueva capa de pintura y lo que puede resultar más aparatoso es que no asiente bien la base de la piscina, con lo que la coronación se puede romper y, en el peor de los casos, agrietarse o partirse. De todos modos, una buena instalación garantiza una piscina por años en las mejores condiciones.
Un último factor a valorar a la hora de instalar una piscina desmontable o prefabricada en casa es si en la casa haya niños pequeños. Las piscinas desmontables acostumbran a tener una altura de 120 cm por encima del suelo, con lo que tienen la ventaja de que los niños difícilmente caerán en ellas y, obviamente, no necesitan vallas de seguridad.
Foto: Poolaria