No cabe duda de que tener una piscina en casa es excelente, tanto por la diversión como por la tranquilidad que supone darse un baño relajante en cualquier momento del día y del año. Con las saunas ocurre algo parecido, y es que hay muchísimos motivos por los que tener una sauna en casa, o bien acudir a una en cualquier otro lugar.
Si tienes la posibilidad de poner una sauna en casa, es totalmente recomendable ya que puedes sacarle partido durante todo el año, sin importar el clima ni la temperatura exterior. En una sauna puedes combinar la relajación con el placer y múltiples beneficios para la salud, una mezcla perfecta para sentirte mucho mejor, tanto por dentro como por fuera. Ahí van algunos motivos para poner una sauna en casa.
Mejora la circulación
Una de las principales ventajas que tienen las saunas es que estimula el flujo sanguíneo gracias al aumento de la temperatura corporal. Esto hace que se fortalezcan los nervios, glándulas y capilares, y con el contraste de la ducha fría que debes tomar posteriormente, el sistema circulatorio trabajará al máximo en los días siguientes.
Desintoxica el cuerpo
Gracias a lo mucho que suda el cuerpo estando en la sauna, el organismo se desintoxica, algo posible gracias a que el sudor permite la eliminación de sustancias como sodio, ácido láctico y ácido úrico. La piel también se limpia, y eso hace que cualquier crema que te pongas se absorba mejor.
Combate el estrés
Si sueles padecer estrés, gracias al calor y al sudor que provoca, se reducirá la tensión en tu cuerpo y disfrutarás de una sensación de tranquilidad que te vendrá de maravilla para sentirte mejor.
Reduce los dolores musculares
Las sesiones de sauna alivian la tensión muscular, mejoran la sensibilidad en las articulaciones y disminuyen la fatiga general. Es perfecto para personas que tienen fibromialgia.
Alivia el resfriado
Como es lógico, las temperaturas tan altas de la sauna combaten el frío de forma muy efectiva, y gracias al vapor se aliviarán síntomas de resfriado, especialmente congestión en nariz y pecho.
Como recomendación, antes de utilizar una sauna habla con tu médico para saber si por tu historial hay algún impedimento para disfrutar de sus propiedades. Por otro lado, no se deben superar los 10 minutos en cada sesión, y siempre recurriendo a la ducha fría posterior, alternando ambas con minutos de descanso si quieres estar más tiempo.