Da igual que nuestra piscina sea de obra o desmontable, que la disfrutemos solo en verano o durante todo el año, que esté cubierta o al aire libre, que se bañen niños pequeños o solo adultos; en definitiva, da igual como sea nuestra piscina. La depuradora siempre debe estar presente en esta instalación.
Como hemos escrito en varios artículos, el mantenimiento de la piscina es una labor imprescindible para poder disfrutar del baño en un agua limpia y transparente. Según la época del año que sea, las condiciones en las que se encuentre la instalación, si está cubierta o no, si realizamos una correcto invernación… tendremos que realizar unas tareas u otras, siempre de manera habitual.
Dentro de este mantenimiento la depuradora constituye una parte fundamental, puesto que es el equipo encargado de limpiar y filtrar las impurezas del agua para que nos podamos bañar con seguridad. La depuradora no es solo la máquina que está al lado de la piscina. Forman parte del equipo de depuración los siguientes elementos:
- Bomba. Hace circular el agua para que esta pase por el filtro y retorne a la piscina.
- Boquillas de impulsión. Son las responsables de que el agua ya filtrada que ha pasado por la bomba regrese a la piscina.
- Filtro. Retiene los restos de suciedad y las impurezas presentes en el agua. El más común es el filtro de arena, pero también hay filtros de vidrio, de diatomea, de cartucho…
- Skimmers. Son los sumideros que vemos en el borde de la piscina. Funcionan como bocas de succión, ya que por medio de ellos entra el agua que pasa a la depuradora.
Todo este equipo de filtrado, junto con el correcto tratamiento del agua de la piscina (cloración, regulación del pH, tratamiento alguicida, floculantes, etc.), hace posible el baño en las condiciones higiénicas correctas, sin poner en riesgo nuestra salud. Además, la circulación del agua que provoca hace que las sustancias químicas que vertemos para su preservación se distribuyan adecuadamente por toda el agua, impidiendo, además, que esta se quede estancada y se convierta en caldo de cultivo de numerosos gérmenes y microbios.
Para realizar un correcto mantenimiento es conveniente que dejemos funcionando el equipo de depuración determinadas horas. Pero ¿cómo sabemos el tiempo exacto que la depuradora tiene que estar encendida?
Los profesionales del sector suelen emplear una conocida fórmula que nos ayudará a determinar, en función de las medidas de nuestra piscina, las horas que tiene que estar la depuradora funcionando. Es la siguiente:
Capacidad piscina en litros ÷ volumen de agua que mueve la depuradora = horas que necesita estar funcionando
La capacidad de la piscina se refiere al agua que puede contener. Es un dato que tendremos que conocer pues de él depende la cantidad de productos que necesitemos añadir para el mantenimiento del agua. El volumen de agua que mueve la depuradora es un dato que encontraremos en la documentación técnica del fabricante.
Con estos datos, empleando la fórmula, conoceremos las horas que tendremos que tenerla activada. Por ejemplo, si tenemos una piscina con una capacidad de 10 500 l y nuestra depuradora es capaz de mover 2000 l a la hora, al realizar la operación nos saldrá que la depuradora debe estar funcionando 5,25 horas.
10500 ÷ 2000 = 5,25 horas
Conociendo este dato, podremos poner a funcionar el sistema de depurado el tiempo necesario para que disfrutemos de un baño limpio y sin riesgos.