Así, los 51 metros que tendrá Oceanus51 pasarían a convertirse no sólo en un auténtico paraíso para los aficionados al buceo sino también un entorno perfecto para realizar todo tipo de entrenamientos específicos –podrían acudir bomberos, policías, militares, personal especializado de diferentes instituciones de investigación, etc.-.
Igualmente, se quiere incorporar una plataforma tecnológica a través de la cual los buceadores podrán interactuar con todas las redes sociales disponibles, lo que amplía aún más sus usos y las posibilidades que ofrece. De hecho, está previsto que las instalaciones dispongan también de cápsulas que proyecten todo tipo de imágenes sobre el agua para simular diferentes escenarios, con lo que los submarinistas podrán disfrutar de diversos espacios creados mediante esta realidad virtual.
No obstante, el objetivo principal es crear una piscina en la que tengan cabida personas de todas las edades a las que una su pasión por el buceo y el submarinismo. Por ello, se buscará delimitar diferentes espacios en función de las necesidades y los niveles que presenten los buceadores que acuda
Además, la idea es crear un entorno de ocio sostenible en el que quepa la posibilidad de realizar eventos especializados o, incluso, algún tipo de rodaje cinematográfico o de documentales gracias a los cuales se acerque el mundo del submarinismo al gran público.
Así, tal y como ha explicado el buceador y precursor del proyecto, Julio Parra, la finalidad es “recrear una cueva submarina” en torno a la cual puedan crearse, por ejemplo, un restaurante acristalado que se asome a ella o una piscina exterior.