Cuando tienes posibilidades de instalar una piscina en tu jardín, son muchas las decisiones que debes tomar para poder disfrutar del baño sin sobresaltos. Desde la mejor zona del jardín para colocarla, dependiendo de la orientación del mismo, hasta la forma y el revestimiento. Y es en este último aspecto, el del revestimiento, en el que nos centraremos en esta ocasión, ya que su importancia es destacada para la mejor conservación de la piscina.
El revestimiento no solo incide en la apariencia estética que tendrá nuestra piscina. También determina su hermeticidad, así como la facilidad, o no, para detectar fugar y repararlas. Incluso la acumulación de suciedad y la disposición con la que podemos limpiarla está, en cierto modo, condicionada por el revestimiento.
Por tanto, el revestimiento no es una cuestión banal, sino que en función de la elección que hagamos del mismo, así serán los posibles problemas que podamos tener en un futuro.
Así pues, ¿qué revestimiento es el mejor? Todos los revestimientos que hay disponibles tienen sus ventajas e inconvenientes. Por ello, te presentamos en este artículo los pros y contras de cada uno de ellos, con el fin de que valores cuál es el que mejor se puede adaptar a tus necesidades. Por supuesto, siempre es recomendable que consultes con un profesional, que te asesorará sobre si la elección que has realizado es la correcta.
Revestimiento de pintura
Lo aconsejable es aplicar pintura de poro abierto sobre el hormigón la primera vez y, a los dos años, repetir con una de poro cerrado. El principal pro de emplear pintura para revestir interiormente nuestra piscina es su bajo precio, ya que es la opción más económica que existe.
Con respecto a sus principales inconvenientes, debemos destacar que la pintura de poro abierto no es impermeable. Además, este revestimiento conlleva un mantenimiento continuo, porque hay que repetir la aplicación de pintura cada dos o tres años para que nuestra piscina esté en condiciones óptimas.
Revestimiento a base de fibra de vidrio
La principal ventaja de este revestimiento es que apenas requiere mantenimiento, ya que su perdurabilidad puede llegar hasta los 20 años. A ello debemos sumar que este material es muy resistente a las fugas de agua y sumamente impermeable, por lo que es una opción a tener en cuenta.
Eso sí, económicamente es más caro que la pintura, por lo que de entrada supone un importante desembolso, aunque debido a su duración, a la larga puede salir más rentable.
Revestimiento de poliéster reforzado con fibra de vidrio
En algunas piscinas se tiende a revestir interiormente las paredes con poliéster reforzado con fibra de vidrio. Como el anterior, es un revestimiento muy duradero, por lo que también resulta más rentable económicamente. Son impermeables y dificultan la proliferación de algas y demás restos de suciedad en sus superficies.
Revestimiento compuesto por azulejos
El empleo de azulejos para revestir piscinas ofrece soluciones muy versátiles en cuanto a decoración se refiere, ya que permite diseñar multitud de dibujos con ellos. Además son impermeables y su colocación suele ser muy fácil. A nivel de precios resulta más costoso que el revestimiento con pintura pero suele ser más barato que los de fibra de vidrio.
Entre sus contras hemos de destacar que con el paso de los años, algunas piezas se desprenden de las paredes, por lo que este revestimiento supone realizar tareas de mantenimiento de manera habitual. Ello puede conllevar a la aparición de grietas, sobre todo entre sus juntas. Además, este tipo de revestimiento favorece la acumulación de suciedad en las juntas, por lo que las labores de limpieza suelen ser más trabajosas. Por si esto fuera poco, algunos azulejos tienden a decolorarse con el tiempo debido al agua de la piscina y a la incidencia de los agentes medioambientales, por lo que la apariencia del revestimiento tiende a deteriorarse.
Revestimiento con gresite
El gresite es un azulejo vítreo, por lo que reúne muchas de las ventajas que tiene la colocación de los azulejos como material de revestimiento: son impermeables, permiten crear motivos decorativos atractivos y son fáciles de instalar y limpiar. Pero, además, su durabilidad y resistencia es mayor que en el caso de los azulejos convencionales, aspecto este muy interesante sobre todo si nuestra piscina soporta cambios de temperatura importantes durante el año.
Su principal inconveniente es su elevado precio, por lo que habrá que valorar si nos compensa realizar tal desembolso.
Revestimiento con cerámicas
Las cerámicas son fáciles de instalar y no necesitan mucho mantenimiento, aspecto que es tenido muy en cuenta por algunos dueños de piscinas. Además, son bastante resistentes y su acabado es muy similar al obtenido con el gresite o los azulejos.
A pesar de ello, no es el revestimiento más recomendado si nuestra piscina está sometida a continuas heladas o a cambios bruscos de temperatura, ya que tiende a resquebrajarse, favoreciendo la aparición de grietas y las consiguientes fugas de agua.
Revestimiento a base de liner o lámina de PVC
Entre los pros de este revestimiento destacamos su adaptación a cualquier tipo de piscina, su durabilidad, su impermeabilidad y resistencia a las fugas, y el poco esfuerzo que supone su mantenimiento y limpieza. Además de que son más económicas que las de gresite o azulejos, existe la posibilidad de elegirlos con motivos decorativos, por lo que la apariencia estética será otro aliciente más a tener en cuenta.
La principal desventaja es que, con el paso del tiempo, la superficie se agrieta, lo que favorece la aparición de burbujas.