El mantenimiento de una piscina supone un trabajo constante para que todo funcione correctamente. Pero aun así, a veces surgen problemas con algunos elementos. Tal es el caso de la depuradora, instalación que resulta fundamental para que el agua se mantenga limpia y apta para el baño.
Varios son los tipos de depuradoras disponibles en el mercado, pero es la depuradora de arena la que mayor aceptación tiene, ya que su mantenimiento es muy sencillo y su funcionamiento muy eficaz.
Además, tiene una larga vida útil, que puede prolongarse hasta los 8 o 10 años, siempre y cuando el mantenimiento sea el adecuado. Para ello, tendremos que revisar la presión y limpiarla una vez a la semana.
Cambiar la arena de la piscina para mantener el agua limpia
Cada 4 o 5 años tendremos que cambiar la arena del filtro, ya que esta es la encargada de frenar las impurezas del agua que pasa a través de la misma. Este paso, por tanto, es obligatorio para preservar el agua en perfectas condiciones.
Para cambiar la arena tendremos que cerrar el paso del agua y abrir el filtro de la depuradora. Lo vaciaremos y desmontaremos la tapa para acceder al lugar donde se encuentra la arena. Antes de extraerla, tendremos que prestar mucha atención a las crepinas, pequeños filtros, muy delicados, que se encuentra en la base del depósito. Una vez libre de arena, para asegurarnos de que el filtro está limpio, podremos lavarlo con agua, con lo que eliminaremos cualquier partícula que no hayamos extraído anteriormente.
A continuación, llenaremos el depósito con arena nueva y cerraremos la tapa del filtro. Por último, abriremos el paso del agua para que la arena nueva de la depuradora haga su función.
¿Cómo solucionar los problemas con la depuradora?
A pesar de que la depuradora es una instalación muy eficiente, en muchas ocasiones pueden surgir problemas. Uno de los más habituales es que aparezcan impurezas o arena en el fondo de nuestra piscina. En estos casos, tendremos que revisar el filtro para tratar de averiguar dónde está el error.
Como hemos comentado, durante el cambio de arena hay que tener mucho cuidado con las crepinas, ya que si estos pequeños filtros están deteriorados, parte de la arena del depósito pasará a la piscina, ensuciando con ello el agua. Por ello, lo aconsejable es cambiarlas cada 2 o 3 cambios de arena. Así nos aseguramos de que se encuentren en perfecto estado.
Si las crepinas están bien, tendremos que revisar los colectores del filtro para ver si alguno está dañado y comprobar que no hemos llenado en exceso el filtro de la depuradora.
Una vez comprobado que el problema no está en el filtro, podemos suponer que se debe a que la depuradora no funciona el tiempo necesario para hacer su función de manera correcta. Basta con realizar una sencilla fórmula matemática y sabremos cuántas horas tendrá que estar nuestra depuradora funcionando. Conociendo el volumen, lo dividiremos por la capacidad de filtración de nuestra depuradora y el resultado nos indicará el número de horas que tendremos que dejarla puesta.