Siete menores han perdido la vida ahogados en piscinas o playas en lo que llevamos de año, una cifra importante si tenemos en cuenta que acabamos de iniciar la temporada de piscinas en nuestro país.
Hace un par de semanas se inauguró la temporada de piscinas con la apertura de las piscinas públicas y privadas que salpican el panorama veraniego de nuestro país. Hasta la fecha, 2 adolescentes de 17 años y 5 niños menores de 4 años murieron por ahogamientos en piscinas, playas o albercas. Por eso, ahora más que nunca conviene recordar los avisos que todos los años hacen los socorristas para evitar estos trágicos fallecimientos, muertes que, con vigilancia, se podían haber evitado.
Desde la Federación Española de Salvamiento y Socorrismo (RFESS) apuntan que esas muertes se podrían haber evitado extremando la vigilancia por parte de los padres. La precaución es el método más seguro para evitar estos fallecimientos. Por ello, como indican desde la Federación, nunca hay que perder de vista al menor, ni siquiera cuando solo está jugando cerca del agua. En estos casos, un pequeño despiste nos puede costar muy caro.
Entre los fallecimientos de niños menores de 4 años, el ahogamiento en piscinas se sitúa en tercer lugar, lo que denota la incidencia de esta causa. La gran mayoría ha tenido lugar en piscinas, lugares que se consideran más seguros que las playas y en las que los padres relajan la vigilancia o la delegan en el socorrista del recinto. Es ahí donde se producen gran parte de los accidentes con pequeños, y por ello debe ser aquí donde los padres extremen la supervisión de sus hijos.
Confiar la vida de nuestro pequeño en un hinchable (manguito, flotador colchoneta) es un error muy grave. Una vuelta o la caída del hinchable puede ocasionar, en cuestión de segundos, una muerte que se podría haber evitado si el niño hubiera estado vigilado.
También las carreras y resbalones son causa de ahogamientos. De ahí que sea necesario asimismo la supervisión de los menores cuando estos estén solo jugando cerca de la orilla o del bordillo de la piscina.
Pero no hay que olvidar que un número importante de ahogamientos se producen en albercas, pozas o ríos. Por ello, también en estos lugares deben evitarse los baños en lugares que no estén habilitados para ello y, por supuesto, debe vigilarse continuamente al niños o adolescentes, ya que este es el único método efectivo para prevenir este tipo de accidentes.
El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad ha publicado una guía que establece una serie de consejos sumamente importantes para prevenir las muertes por ahogamiento en playas, piscinas, albercas… Disfruta del agua y evita los riesgos es el título de este documento, donde se llama la atención a los padres para que vigilen a sus hijos, aun cuando hay socorristas en las piscina de casa, pero también supone una recomendación para los propios hijos, para que avisen a sus progenitores cada vez que se acerquen al agua o quieran bañarse, y que lo hagan siempre acompañados de un adulto.
Porque, no solo se trata de salvar a los niños de las muertes que provocan los ahogamientos, sino de prevenir también las muertes secundarias asociadas a los accidentes acuáticos, como el ahogamiento secundario o el ahogamiento en seco, o los daños cerebrales producidos como consecuencia de estos terribles sucesos.